Sus estudios en la facultad de Publicidad dieron los frutos esperados: acabó trabajando como DJ y técnico de sonido en una sala de Jazz. Una apuesta entre borrachos le llevó a subirse a un escenario a soltar sus primeras líneas como cómico. Justo después de ganar la apuesta perdiendo la poca dignidad que tenía, llegó a pensar que podría llegar a tener futuro en la comedia, siempre y cuando dejara el alcohol y las drogas para los profesionales. Así se introdujo en el circuito nacional de comedia, actuando por salas de toda España.
Su carrera ha sido fulgurante, Paramount Comedy le dio una gran oportunidad para hacer de monologuista en la televisión, Manuel Fuentes le hizo coger tablas en el programa de Homozapping, y después de todo esto declaró en una entrevista en televisión que se había hecho su tatuaje definitivo, es una magdalena, cosa de la que siempre se ríe en sus monólogos.
Muchas noches cuando tengo tiempo, intento ver algún monólogo de Tony Moog para relajarme ya que siempre me alegra con sus tonterías, aunque parece un hombre muy inteligente.
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